jueves, 22 de noviembre de 2012

EJEMPLO DEL DEBATE DE LA EUTHANASIA


Un ejemplo de este debate en la práctica médica se manifiesta al diagnosticar una muerte cerebral. Unas personas consideran acertado el hecho de auxiliar a morir a un paciente a quien se le haya diagnosticado muerte cerebral, lo cual evitará sufrimiento a los familiares, al personal médico y paramédico, evitará gastos de recursos materiales y humanos, dando la posibilidad de brindar atención especializada a pacientes cuya expectativa de vida puede ser mejor. Los que se oponen, mantienen el criterio de que aunque el paciente no puede realizar ninguna de sus funciones por sí mismo, sus órganos vitales no dejarán de funcionar mientras reciba ayuda médica y paramédica especializada, no obstante, oponentes y proponentes, apoyados en el consentimiento científico, reconocen que esta práctica da la posibilidad de disponer de los órganos y tejidos para el trasplante con tiempo suficiente para mantener su perfusión, extracción y conservación una vez certificada la muerte cerebral y con el consentimiento familiar realizar ablaciones de estos órganos.

En el Código Civil vigente en la República de Cuba la persona jurídica “es todo ser capaz de derechos y obligaciones”, y la personalidad es “el atributo consustancial al ser humano que consiste en sujeto activo o pasivo de relaciones jurídicas”, así lo señala Clemente T, en la Parte General del Derecho Civil, editado por la Universidad de La Habana, en 1985, citado por Machado Curbelo C. De acuerdo con esas definiciones, una vez que se ha establecido el diagnóstico de muerte encefálica, el propio estado de irreversibilidad de las funciones del encéfalo en ese paciente, lo excluye de la condición de ser humano, puesto que, al dejar de constituir una unidad socio-psico-biológica ha cesado de ser persona, y por tanto no posee personalidad jurídica.

Este conflicto está determinado por la ética que implique el asunto en cuestión y que para determinar la ética de un proceder hay que hablar de moral, justicia, verdad, conocimiento científico y sociedad, ya que es precisamente en la sociedad donde se forman estos valores que, unidos al conocimiento científico, contribuyen a la formación de la ética médica.

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