El caso más reciente
donde están mezclados renglones tan delicados como ley, religión, moral,
cultura, labor del médico, motivos económicos y motivos familiares, fue el de Eluana
Englaro, una joven que permaneció en coma desde 1992 hasta marzo del
2009, cuyo padre luchó en los tribunales y ante la opinión pública por el
derecho a la muerte de su hija “a la luz del sol, sin engaños”, “Yo no tengo
soluciones para proponer, pero creo que este tipo de problemas se deben
resolver a través de leyes”, anunció el Ministro cuando le preguntaron por este
caso. Beppino Englaro, padre de Eluana, hizo una campaña
dirigida a las autoridades italianas, incluyendo al Jefe de Estado Carlo
Azeglio Ciampi, para que debatiera sobre la moralidad de mantener con vida
a “individuos que han perdido de forma irreversible la posibilidad de
experimentar cualquier tipo de emociones”. “Estas personas se encuentran
imposibilitadas para decidir si quieren ser mantenidas en estado vegetativo por
años o décadas”, dijo Englaro. El médico que ayudó al padre de Eluana a
llevar el caso a los tribunales, el neurólogo Carlo Alberto Defanti, explicó
que “hace treinta años, situaciones como esta no se producían, porque son
producto de la terapia intensiva, los pacientes son cuerpo sin pensamientos,
sin comunicación, sin posibilidad de cambiar. Se podría decir que son cuerpos
sin alma, sin espíritu.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario